Hoy por hoy hay pocas personas que no consulten sitios web a través de un dispositivo móvil, ya sea una tableta o un Smartphone. Atrás quedaron los días en los que era necesario esperar a salir del trabajo y llegar a casa para consultar la prensa digital, la web de viajes para las vacaciones o las ofertas y promociones de tu tienda favorita.

Es por ello, que las webs han tenido que rediseñarse para adaptarse a cualquier dispositivo, sea cual sea su tamaño y resolución. No hay nada más ingrato que tener que hacer zoom y desplazarse a través de una página que no está adaptada, ya que los textos se ven muy pequeños, las imágenes no se cargan y, lo que es peor, perdemos los menús de la vista.

La evolución de Internet ha obligado a desarrollar webs adaptadas a los móviles, las webs Responsive. Es por eso, que desde ya, Google ha decidido penalizar a los sitios web que no sean Responsive para centrar su estrategia en un público, el del móvil, que crece exponencialmente.

Las webs que no se adapten a lo que Google llama “visualización amable”, quedarán relegadas a posiciones más retrasadas de su buscador e incluso podrían salir de su primera página de resultados, que evidentemente es la más visitada por no decir la única (más de un 70% de los usuarios no pasa de la primera).

Con esta nueva versión del buscador, las páginas mejor indexadas serán las Responsive, y las empresas que no se pongan las pilas y actualicen sus webs pueden perder negocio y correr el peligro de quedarse fuera del tráfico  en Internet.

Pero, también es cierto que, el diseño Responsive disminuye el número de publicidad que se puede insertar y por tanto los ingresos de algunos sitios webs, que viven principalmente de ello. Se prevén caídas de hasta un 15% de esos ingresos al migrar a Responsive, pero es el precio a pagar si quieres aparecer en el buscador más famoso del mundo.