Artículo publicado en la revista LECOMENTS en julio de 2007

Hace no mucho nadie tenía constancia de su existencia, hoy día todo el mundo la conoce y es capaz de describirla, sencillamente increíble. Dubai esuno de los siete emiratos que integran desde 1971 los Emiratos Árabes Unidos. Esta metrópolis en construcción tiene en todo un repertorio de grandes proyectos de “urba turismo” y residenciales de lujo.

Su joven población de 1.422.000 habitantes se compone principalmente de extranjeros mientras que los emiratís de los EAU constituyen una minoría. La mayor parte de estos extranjeros proceden del Sur de Asia y del sureste asiático. Una cuarta parte de la población procede de la vecina Irán. Este emirato es también lugar de residencia para aproximadamente 120.000 súbditos británicos junto a un nutrido grupo de occidentales. No existe posibilidad de nacionalización o residencia permanente para los residentes extranjeros. No obstante, estos últimos sí pueden adquirir y poseer inmuebles sin un socio local o patrocinador y de un modo práctico obtener residencia permanente.

Con un urbanismo a golpe de rascacielos esta opulenta ciudad construida con “petroladrillos” se erige en el límite del desierto con el mar. Esta “Manhattan con kufiya” (popular pañuelo palestino con que se cubre la cabeza) se ha convertido en una puerta muy importante para Occidente. Con menos de una vigésima parte de las reservas petrolíferas de Abu Dhabi, esta comunidad tiene como objetivo dejar de depender del oro negro en favor del turismo, el de lujo concretamente. El fin de las existencias de crudo amenaza con un  cambio de ciclo en Oriente Medio.

Popular por sus archipiélagos de islas artificiales con formas caprichosas, las fantásticas Palm Islands (islas palmera) 3 gigantescas islas artificiales con forma de palmera, Jumeirah, el Jebel Ali,  y Deira, que albergarán grandes zonas residenciales y hoteles de lujo. Por otro lado The World, compuesto por 300 islas de arena artificial será ocupado por residencias, centros comerciales junto con más hoteles de cinco estrellas.

Cuenta con majestuosos edificios de alturas imposibles, como el Burj Dubai, el rascacielos más alto del mundo ya en avanzado proceso de construcción. Concebido como un “mega alminar” o “minarete” alcanzará una altura de más de 800 metros. Existe cierta incertidumbre sobre la altura definitiva del mismo. Algunos sostienen que finalmente no se llegará a esa altura y otros opinan que incluso podrían reservarse una sorpresa final y superarla con creces. Otra de las imágenes más universales de Dubai es el hotel de lujo el Burj Al Arab, famoso por contar con un helipuerto en su parte superior donde Roger Federer y André Agassi jugaron unas bolas de tenis en una espectacular maniobra de promocional.

Los más ambiciosos proyectos de arquitectura del momento se sitúan allí. Las torres Dubai, un ejemplo de arquitectura fusión, juegan con unas geometrías orgánicas que simulan una llamarada. Un proyecto español tiene prevista su incorporación al patrimonio de rascacielos de Dubai, la Wave Tower (la Torre Ola) del estudio de arquitectura a-cero.

Son innumerables la cantidad de proyectos en marcha que podemos encontrar allí, de un hotel bajo el agua, el Hydropolis, hasta el Dubailand SkiDome, una pista de esquí cubierta, recordemos, en medio del desierto. En su ambición por atraer también un turismo más cultural está prevista la construcción de un Space Sciencie World: un parque temático que quiere llevar a la población el mágico y complicado mundo de la ciencia espacial.

Estos proyectos exigen una inmensa cantidad de mano de obra para su construcción, la cual acapara el 90% de la actividad profesional de Dubai en estos momentos. Se asegura que el 5% de las grúas torre del mundo está allí. Toda esta demostración de tecnología, diseño y poder ha obligado a importar batallones de técnicos cualificados (ingenieros, arquitectos, etc…) de todo el mundo. Las mejores y más novedosas técnicas de la construcción se aplican allí, en proyectos que asumen cualquier presupuesto y que muestran los máximos avances tecnológicos en edificación.

Pero en este gran sueño hay una parte de pesadilla. Como si de la construcción de las “pirámides de Egipto” se tratara, la realidad social de Dubai es la de una absoluta explotación en la construcción, con continuas protestas de los trabajadores por los bajos salarios y las duras condiciones laborales. Las supuestas injusticias laborales de Dubai han llamado la atención de una serie de organizaciones de Derechos Humanos, que entre otras cosas, solicitan a los EAU que suscriban 2 de las 7 convenciones clave de la OIT, la (Organización Internacional del Trabajo) que permiten la creación de sindicatos. Acusaciones similares afectan también a la prostitución, que allí es ilegal.

En Dubai está en construcción el rascacielos más grande del mundo, el hotel más grande del mundo, el mall más grande del mundo, el parque de diversiones más grande del mundo, el primer hotel bajo el agua y el edificio residencial más grande del mundo. Cuando se consigue recuperar el sentido tras toda esta estupefacción uno se pregunta de dónde van a sacar tanto “Tío Gilito” para llenar esa metrópolis.

En la próxima década Dubai tiene ante sí un gran reto: dar una escala para el hombre a esta ciudad hasta ahora sólo pensada para dioses.

Edición impresa del artículo publicado: